ENFERMO QUE COME Y MEA...

10 pechoch@s

... el diablo que se lo crea.
Sí. Hay Blogger Pechocho pa' rato (bueno, al menos hasta el final de la redacción de esta entrada).
¿Qué está pasando? Es obvio que hay una contingencia sanitaria, pero ¿hasta dónde se está inflando la burbuja? En números verídicos, ¿cuál es el real corte de caja de la expansión del virus porcino en la capital y en el país? ¿Por qué ese bombardeo constante de información que nutre la alarma social cuando sabemos que el virus no es letal siempre y cuando un posible infectado se trate a tiempo? La salud, referente de la vida, es de lo más preciado en el ser humano. Y al ver afectado este primerísimo interés humano, la sociedad ya no chilanga ni sólo mexicana sino mundial está en un estado de estrés creciente... Y en mera crisis económica mundial. La salud y sus resortes farmacéuticos moverán millones y millones de dólares... Qué casualidad.
Escribo desde Culiacán, Sinaloa. Regresé. Según yo huía de la psicosis y del bombardeo mediático pero la inercia me alcanzó. Nos alcanzó. Como sea y como se sigan dando las cosas (tan confusas y rápidas), cuidémonos, prevengamos y no caigamos en el miedo ni en el shock.
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Centenario. Jesús Malverde, bandolero -ficticio o real- de inicios del siglo pasado que devino figura de devoción, cumplirá el próximo 3 de mayo -según la historia o la leyenda- cien años de muerto, de la conformación del mito. Hermanado con San Judas y la Santa Muerte en la protección a grupos marginales, no sólo es referente religioso para narcos sino también para migrantes o gente en constante movilización. Un trío de campesinos sinaloenses me pidieron que les tomara una foto al lado del santo.
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¿De quién? ¿Niebla como nubes muy bajas o como apellido?
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"¡Extra, extra!" Justo abajo de la Iglesia de La Lomita, en el cruce de Obregón y Ciudades Hermanas, estaban dos morros de más o menos diez años de edad vendiendo el periódico de la tarde, el vespertino, cada uno en su esquina. Me comentan que les dan 50 ejemplares de El Sol de Culiacán, a un precio de 4 pesos la pieza (por lo común el automovilista les da una moneda de 5 "y quédate con el resto"). La de 8 de esta tarde anunciaba muerte en un choque automovilístico.
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En cierto momento uno de ellos, de chaleco amarillo, se acerca a su amigo para cotejar las ventas. Se sorprende al saber que a su competencia le sobran únicamente nueve mientras que a él aún le faltan 21 ejemplares por vender. En ese tono golpeado del sinaloense, le pregunta: "¿Pues cómo le haces pa' venderlos, tú?" A lo que el niño, futuro y seguro editor de noticias le responde, palabras mas palabras menos: "Atrás (la contraportada) está mejor, aparte viene la morra". Se la supo el chavillo (en la foto).
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Acto seguido: el de amarillo empezó a ordenar el resto de sus diarios para vender la contraportada.
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Aguachile. Mmmmm, una delicia la comida de mar. Camarón frío con chile, con pepinos, limoncito, cebolla, sal, pimienta y tostadas. De rechupete.
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La Locha. El artista plástico Rolando Arjona Amabilis, también creador del escudo de Culiacán, Mazatlán y Cosalá, en Sinaloa, cuyo emblema también diseñó, detallo con sus manos las formas de una escultura ubicada en la Plaza Revolución de esta capital. La obra es conocida como "La Locha" y cuenta la historia que hace muchos muchos años, cuando por ese sitio acampaban carpas y circos que pasaban por la ciudad, cierto día un cómico dicharachero preguntó a los culichis que quién era esa mujer escultural (como todas las de aquí) que estaba en la fuente de la plaza. Sinaloenses orgullosos le contestaron que representaba a la madre tierra y a su fertilidad que les provee de buenas cosechas. "No, esa mujer es La Locha", contestó, "porque el agua le llega esta la panocha".
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Wanted. Otras recompensas se podrían cobrar en Sinaloa.
SNOOPY
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De chile y de manteca. En respuesta a los extrañamientos que Alma Aguirre, mejor conocida en los mundos bloggeriles como De chile y de manteca, me hizo saber en post recientes ante mi indiferencia hacia su persona en mi pasada visita a Culiacán, en esta ocasión que vuelvo me quité esa espinita y coincidimos en un café céntrico. Fiel a su vocación periodística y a registrar el más mínimo detalle de su paso por este mundo, se hizo acompañar de una pequeña amiga suya, la grabadora, y me entrevistó para el fiel escudero de su blog, el podcast homónimo. El audio pechocho, me dice, saldrá en los próximos días... Por cierto: mi voz me caga.

¡TENGO GRIPA! ¡¡NOOOOOO!!

12 pechoch@s

La neta la neta, caí en la vil paranoia. Y para ser honestos, no porque temiera ser una víctima más de la influenza sino porque este lunes salgo a provincia nuevamente y no quiero ser el apestado chilango influenciado por la influenza al que habrá que señalarlo y correrle y tenerle sumo cuidado. Y es que tengo un ligero cuadro de gripita, de esas equis que se arreglan con un licuado vitamínico con el Pitirijas y sus jugos del metro Chilpancingo. Y la merá verdat, no pude evitar tener un momento estremecedor: "Pechocho, ¿y si ya te cargó la huesuda en forma de cerdo?"
Para los que no saben, la capital del país hoy viernes fue escenario involuntario de película de plaga virulenta. Como bien dice de chile y de manteca en su blog, qué Epidemia ni qué 12 Monos. Hoy fuimos protagonistas (no extras, pro-ta-go-nis-tas) de la impactante y no menos intrigosa cinta "El ataque de la nueva cepa de influenza porcina" o "El DF bajo el reinado del Cubrebocas". (Actuaciones especiales de Mario Almada como el Procurador General y El Pantera como Marcelo Ebrard).
Quienes sean de esta ciudad no me dejarán mentir. En las calles, en las oficinas, en el metro, incluso con amigos y parientes cercanos, la paranoia brotó en diversas modalidades. Todos de repente tenían escurrimientos nasales o dolores de cabeza o empezaban a sentir molestias en la garganta. O solícitos, compraron desde muy temprano cubrebocas en las farmacias, así como antigripales o vitamínicos C (las farmacias hicieron, hacen y harán en los próximos días, su agostazo). Todos eran (éramos... ¡somos!) focos de infección potenciales. Y las miradas de "toses o estornudas, te mato!" estuvieron a la orden del día.
No digo que la prevención sea mala. Al contrario. Yo ahora escribo esto con un dolor de cabeza leve y medicamentado contra esta gripe normal (y si muero, ábranme un pedazo en su memoria... sniff). Pero no deja de llamarme la atención el fenómeno social que hoy se presentó: la psicosis masificada. Imagínense nomás cómo se pondría la cosa si estos brotes se acrecentaran o si en algún momento -un supuesto nada deseable- aconteciera algo de proporciones gigantescas y muy shockantes. N'ombre, hasta miedo me da. Lo visceral se desborda y todo se dicta a partir de emociones aceleradas...
Además surgen muchas dudas, como que la cosa está más cañona en verdad, o que, por el contrario, ya está controlada pero un poco de emoción y distracción en la etapa electoral no le hace daño a nadie (en específico a unos). Ya veremos. Me despido con estas fotos que tomé el día de hoy...
PD. Dicen que este virus viene de los puercos... ¿Será el catarrito anunciado por Carstens? Y chequen aquí, ya está online La Cumbia de la Influenza.
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otros tres
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Pero antes de que todo esto pasara, la vida era tan feliz como se es feliz cantando en el baño donde me acuerdo mucho de tí. Tin Tan es fiel sensei que ha guiado mi vida desde que tengo uso de razón. ¡Qué Cantinflas ni qué nada! Les recomiendo visiten la expo que sobre el Pachuco de Oro se muestra en el Museo del Estanquillo.
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En el marco de este Primer Festival Tin Tan Es Cooltural, el actor Ausencio Cruz (sí, aquel de "lás-ti-ma-Mar-ga-ri-to" del año del caldo) caracterizó al Rey del Barrio en un espectáculo de cabaret junto a Al Castillo, quien dio vida al Carnal Marcelo.
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Fue (¿o es? creo que harán una breve gira) un recorrido por la vida artística de este comicazo, que en lo personal me gusta por su histrionismo fresco, lo espontáneo de sus diálogos, lo multifacético de sus personajes, por cómo cantaba, cómo bailaba, y porque fue un rebeldaco siempre.
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El sitio fue el Pasaje América. Y el público no fue el mejor. Nos tocó cerca de un grupo de urracas que hacían sonar sus joyas cuando le pedían al mesero que rapidito "y por favor" les sirviera sus chupes. De esas ñoras nacas con dinero. Como aquellas de las que precisamente Tin Tan se burla en tantas películas.
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Entre ataques de virus y TinTanes revividos ante réplicas de Cruela de Vil, me despido con esta foto a la que sólo le falta un tris para ser arte sacro. Ahora con eso de que están de moda las "esculturas humanas", aquí el maik, anarkopunk de la indigencia, ha de haber dicho: "me enrollo mi cobija regalada por el albergue Doña Juanita a manera de manto divino, agujetazo amarrillo como diadema, y una mirada lánguida en perenne contacto celestial y saco pa' las caguamas de la nochecita..."
SACRO

CUÉNTAME UNA HISTORIA (EN SINALOA)

12 pechoch@s


Camarón zarandeado. El resto del viaje en el norte fluyó como venía haciéndolo: de la mejor manera. Obvio que comí jocoque, "frijoles puercos" (¡oink, oink!) y me recomendaron un lugar para abastecerme de buen camarón (dije que sin albur, chingao) y que no fueran Los Arcos. El Chinchorro fue el destino, y ahí me chuté un camarón zarandeado (foto arriba).
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El sitio, como otros varios restaurantes del norte mexicano, tenía que contar con esas historias que nutren el imaginario de los intocables del narco de este país. Aquí, como en otras partes y como lo describen otros relatos, se dice que ha aparecido espontáneamente algún pesado respaldado por un discreto pero eficaz comando de seguridad que avisa a los cuatro vientos que nadie sale ni nadie entra desde ese momento, pues el jefe va a degustar sus alimentos. El personaje -paradójicamente buscado por el gobierno de manera afanosa por cielo, mar y tierra- se da su tiempo para comer y después se va como llegó, no sin antes decir que la cuenta de todos está saldada.

O es simple leyenda urbana que se repite por todo el norte y con los diversos grupos que existen, como cierta manera de promoción y publicidad underground, o es que vivimos en Calderónlandia, donde todo parece ser lo que en verdad no es.
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Reinas. La belleza aquí brota como el jitomate (genuino emblema que usa el gobierno del estado). Tanto, que me tocó ver varias chiquillas que en las calles arman una especie de colecta para ganar tal o cual certamen de belleza local. "Reina de tal escuela", "Reina de la Primavera", "Reina de la Cosecha", etc, etc, etc. Be-lle-zas. Tan bellas como este rojizo atardecer desde la Iglesia de La Lomita.

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Faraones sinaloenses. El Panteón Jardines del Humaya es el camposanto donde muchos narcos locales descansan. Y sus usos y costumbres hasta la última morada se expanden: tumbas que parecen minidepartamentos, auténticas capillas en miniatura, mausoleos de dos o tres niveles que contienen los restos, en su mayoría, de personas entre 15 y 35 años, en cuyos interiores podemos apreciar sus fotos amplificadas, acompañados de ilustraciones de las camionetas o avionetas que en vida manejaron, o minihummers de juguetes. Los suelen despedir de manera estrepitosa, donde la tambora no falta. Si gusta descansar en esta eterna morada, vaya pensando en desembolsar de 400 mil hasta millón y medio de pesos. Ahí también duerme otra persona caída en sospechosas circunstancias: Manuel J. Clouthier, Maquío, candidato panista a la presidencia en 1988. Murió un año después en un, oficialmente, "accidente automovilístico".
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¡Puro Sinaloa, compadre! Quería bailar banda. Ansiaba ver bailar banda. Y banda sinaloense. Y en Sinaloa. Que se escuchara la tambora y empezar a raspar la pista... ¡Pues naranjas! La realidad de la ciudad, me dijeron, ha provocado que la sociedad viva una especie de auto toque de queda, donde se reservan su inalienable derecho a la fiesta. Y la vida nocturna, al menos en el primer cuadro, no bulle. Había un lugar cercano a la catedral, llamado La Tequilera, pero esa noche tenía norteño. Y no. Yo quería tambora sinaloense. Ah, pues quizá en la periferia de la ciudad, hacia afuera, en algún rancho, pero podría ponerse feo porque suelen ir conjuntos apadrinados poryasabemosquiénes y habría gente encuernada y pos pa' qué exponerse... No le juegues al Juan Camaney, casi casi me dicen...

"En la calle Franciso I. Madero quizá podemos ver y escuchar algo", dice una voz que intenta consolar mi necesidad tamboril. Esa arteria asoma casas de conjuntos musicales (norteño, sinaloense, mariachi) en espera de gente que los contrate. Pero a diferencia de Garibaldi, en el DF, por ejemplo, no motivan dicha contratación cantando o echándose unas rolas. No. La simple puerta abierta y el teléfono en el rótulo de la casa, basta. A lo mucho, los integrantes del grupo sentados afuera, vestidos y con cara de aburridos, listos para echar la cantada.

Como sea, una michelada con Pacífico soluciona todas las cosas y confecciona una sonrisa en la cara. Y, además, nadie baila banda como este cabrón.
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Si yo fuera mujer I. Quizá en otra tienda departamental fue hombre. Aquí, con una confeccionada cabellera rubia, con chongos y lapiz labial rosa, es una mujer totalmente palacio...
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Si yo fuera mujer II. No habían pasado ni 24 hrs. de mi regreso al DF cuando éste ya me daba la bienvenida con sus personajazos de siempre y a toda hora... Fue detenido un hombre que se vestía de mujer para entrar a los vagones del metro destinados a las chicas y así manosearlas (aquí, la nota). Jajaja. Surreal. Me imagino al cuate este a las 7 de la mañana perfumándose, ciñéndose el vestido negro con detalles azules, pintándose los labios, arreglándose la peluca, todo fondeado con Goodbye Horses de Q Lazzarus, para, antes de salir, mirarse al espejo y cerrarse el ojo picaronamente.
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Los del diario populachero Metro, se la rifaron con el encabezado. De esas que harán historia...
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BREVES DESDE SINALOA

8 pechoch@s

Más adelante de Guanacevi, por ahí vive 'el Chapo' (el narco Guzmán Loera, llamado por algunos "el capo del panismo", cabeza del cártel más poderoso del país -el de Sinaloa- y, recientemente, una de las nuevas luminarias dentro de la lista de los hombres más ricos del mundo), todos lo sabemos, menos la autoridad”. Con estas palabras como telón de fondo, expresadas en días recientes por el arzobispo de la Arquidiócesis de Durango, Héctor González Martínez, es que me encuentro en Sinaloa.

Dejé en la orfandad a este Blogger Pechocho, pero aquí estamos al menos alzando la manita y diciendo: "aquí estoy". No estaba muerto... ¿andaba de parranda?

1. Sinaloa es el estado agrícola de México. "Número uno en alimentos", reza el slogan oficial. Además, el camarón (sin albur, jijos) es único por acá. El oro rosado.

2. Las mujeres. Desde que visité este estado por vez primera (el puerto de Mazatlán, hace una década aproximadamente, en mis mozalbetes años y con amigos de la prepa) me dije lo mismo que hoy: qué bellezas. "Yo no conozco mujer más linda que mis paisanas, que tienen fama de ser de belleza soberana", canta José Ángel Espinoza, "Ferrusquila", en una canción de su autoría que es himno por estos lares.

3. Al menos en el tiempo de mi visita, el cielo es rayado por avionetas a cada rato, en ocasiones de a tres simultáneamente. De niño, eso me llamaba la atención: ¿salen a volar sólo para dibujar líneas en el firmamento? Desde hace mucho no he vuelto a ver algo similar allá en el DF.

avion

4. Es la tierra de los Gastélum, Aispuro, Beltrán, Esparragoza. Y si no tienen la exclusividad de estos apellidos, al menos sí son quienes les han dado lustre.

5. Clases de esténcil.

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6. Entre Hummers y buchones raudos haciendo gala de sus camionetones y pedantería narquil, asomóse este auto recién estrenado (pues, como verán, no tiene ninguna lavada). Se ven los obvios, pero dentro, los que no podían sacar la cabeza, iban charlando sobre el balanceo del auto, seguramente. Eran alrededor de 10 samoyedos. La pregunta es: ¿quién les enseñó a manejar?

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perros

7. Culiacán desde las Lomas de Guadalupe, en el sector de La Lomita, rodeado de caserones gigantes, con aires de fortaleza unos, con trazos eclesiásticos otros. El art narcó. Bella vista. Apacible, la impresión... Nadie imaginaría que es la capital de uno de los estados más violentos junto a Baja California y Chihuahua (Tijuana y Ciudad Juárez, respectivamente).

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8. Bar Las Ventanas, en la plazoleta Álvaro Obregón (donde está una estatua ecuestre que no pertenece, precisamente, al manquito). No todo es necesariamente tambora ni banda sinaloense por estos lares.

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Al regreso, más de este viaje. Muchísimo más.

POR LOS CAMINOS DEL SUR...

8 pechoch@s

... vàmonos para Guerrero.


Me lancé a Acapulco. Fue por trabajo en realidad pero éste me lo despaché en un tris y el resto fue arena y sol, el mar azul, contigo yo, conmigo tú (jajaja, no mami blue).

La chamba estuvo relacionada con el tema del saneamiento de las playas. Que si Cacapulco o Acapulco, que si las aguas residuales, que si la basura, que si la nueva policía ecológica, que si las barredoras marinas, que si la Capama (los encargados del alcantarillado del puerto) realiza bien sus funciones, que si la Cofepris (instancia federal que vigila riesgos sanitarios) jugó con mala leche en la víspera de la Semana Santa al advertir sobre la contaminación en una de las playas (Caleta, de las más populares)... En fin.

Un hecho es que la bahía de Acapulco, como un sinfín de puertos en el mundo, no es la misma cada 12 hrs. El viento, el oleaje, las corrientes marinas, llevan a cabo un proceso universal que todo lo cambia constantemente. Ya lo dijo Heráclito: "todo fluye" y uno no se puede bañar dos veces en el mismo río; las aguas no son las mismas ni tú serás el mismo (La Cita del Día). Si los resultados de una prueba de mar salen contaminados, rato después variarán, además de que los rastros de dicha prueba estarán muy relacionados al contexto en que se hayan recogido.

Pero eso por un lado, porque tampoco es mentira que el puerto adquirió su fama por méritos propios. El desagüe en ciertas partes fluía con libertad y se mezclaba con el mar a escasos metros de bañistas que quizá llegaban a pensar que aquel cilindro café que veían en el agua era un extravagante pez nadando de a muertito. Y qué decir de ciertos visitantes, que piensan que las playas son sus casas y si en éstas la ley es tirar basura donde la gana lo decida, obvio lo hacen extensivo a esos terrenos que, consideran, son suyos por breves momentos. Realidades que, por fortuna y dada la presión que significa ser un sitio que vive del turismo, van quedando atrás...
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Hicimos recorridos por las playas, a pie, en lancha y en helicóptero. Con caca o sin caca, qué hermosa vista. Díganme si no...
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Acapulco no se ensucia más que otros destinos turísticos comerciales, como podría ser Cancún, Puerto Vallarta, Mazatlán, Los Cabos. Para playas más limpias, están las de cabañita y camping y pescado a la talla con frijoles de la olla y veladas a la luz de una fogata con un churro de mota acompañados de italianas hippies y estudiantes de Filosofía y Letras, de Ciencias Políticas (ups, ahí me hablan) o hipsters de la Ibero (Mazunte, Playa Paraíso, Maruata, Michigan, Tulum viejo, Zipolite, et al).
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Más bien el "pecado" de Acapulco es que ya no es más el puerto número uno del turismo internacional (ahora lo posee la Riviera Maya, que, vale recordar, ya también se la están acabando). Ya no es el Acapulco de Tin Tan o el de la luna de miel de los Clinton. Vaya, ni el Acapulco de aquella insufrible La Risa en Vacaciones 2. Ahora es el puerto que queda a escasas cinco horas del DF y donde cada semana santa, vacaciones de verano, fin de año o puentes laborales, se desprende toooooooooda la chilangada. Y en provincia, la chilangada -hay que aceptarlo aunque a los defeños nos duela en el alma- es sinónimo de la naquiza... Sniff.
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La naquiza, perdón, la chilangada, llegamos, perdón de nuevo, llegan al puerto anunciando su arribo. Son identificables hasta para un ciego. Ruidosos, desmadrosos, con la abuela, el perro. Chicas de pelo rubio y raíz negra que se meten al mar con sus playeras de "Busco novio con auto" o aquellas que además de las tangas muestran su alto grado de autoestima y valentía. Los compadres bien pedos bajo las sombrillas, relucientes sus vientres que se mueven con cada carcajada sonora que dan al ver a sus hijos jugar con los amigos, los primos y los hermanos entre las olas. Las mamás que, con la abuela o la tía, acaban de llegar del Oxxo y el Soriana más cercano, y preparan los emparedados de atún o tortas de jamón o de queso de puerco pa' "después que los niños haigan nadado"... ¡Aaaaaahhhh, qué bonita familia!
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Y las playas preferidas de mis paisanos (chilango entendiéndose como aquel que pertenece a la Ciudad de México) son Caleta y Caletilla, atascadísimas -como se podrá ver en las fotos- porque el agua "está calientita", por su bajo oleaje que garantiza que el mar no se lleve a la abuelita o al niño de seis años, porque parece "una alberca gigantota" y porque ahí es donde está "la virgencita" del fondo del mar que se puede ver en las lanchas con fondo de cristal. Insisto: ¡Qué bonita familia!
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En esta temporada la crisis pegó. Muchos durmieron en sus autos o en los camiones en los que llegaron. En las playas también. Y la renta de casas por noche, creció. Subejercicio hotelero. Como sea, la chilangada es muy devota y la tradicional ida a Acapulco no la iban a dejar pasar así como así...

Y es que, como dice la canción, en el mar la vida es más sabrosa. El calorcito. La alberca. El mar (gulp!). El sol pegando donde no siempre lo hace. El pescado frito, las almejas con limón y salsa Valentina, los camarones a la diabla, el pulpo al mojo de ajo, los ceviches mixtos, la cervecita fría... (vale madre, y yo ya aquí en el DF escribiendo esto cenando unas tristes sincronizadas). Fue también divertido ver los nombres del transporte público sobre la Costera Miguel Alemán.
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Obvio, en las noches salimos. Me llevaron a un lugar llamado Barba Roja, al lado de donde está el bungie. Todos y todas con sus mejores garras para una noche costeña. La cerveza, en proporciones, le daba pelea al mar. La luna, como cíclope metiche en la negritud del cielo, era fiel testigo de esos miles y miles ávidos de excesos que desfilaban por la bahía. Las borracheras en los puertos tienen otro matiz: el calor a flor de piel, la sal en la epidermis, la diversión como único fin y el desprendimiento en muchos de todo tipo de deberes, crean el ambiente propicio para que Eros haga de las suyas... Eros, que no Cupido.
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Y bueno, siempre los viajes dejan más que descanso: resulta que en Guerrero, me dicen, hay una palabra que usan muchos casi como muletilla, "chingaputamadrazo", y que se debe a un guerrerense ilustre al cual, desde esta humilde tribuna, se le desea sincera y pronta recuperaciòn, Josè Agustìn.