¿DIOS EN TWITTER?

Vaya que México ha tenido unos días, literales, de locura... En menos de una semana, dos sucesos donde -oficialmente- dos sujetos, respectivamente, se han definido como una especie de iluminados divinos. Más allá de que el tiempo en los días venideros pondrá en su justa dimensión estos recientes actos (pueden verse desde mil y una interpretaciones), me salta de nuevo la duda existencial por antonomasia, la pregunta que todos tienen y que se han hecho los hombres y mujeres desde que la humanidad es tal... Vaya, desde que se le tomó la palabra al Juan 8;32: "Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres"... La pregunta del millón de dólares (y quiero saber la verdad): ¿Dónde está Dios?

Bajo esta divina capacidad de crítica que ¿Dios? nos otorgó, y con la idea panteísta de que esta entidad se encuentra en todos lados, ¿por qué nomás no lo vemos, y lo que vemos son puros orates, por no decirles de otro modo? Y no me salgan con la cantaleta de la fe, de que cierre los ojos y lo veré y bla bla bla... Eso suena más a discurso paternalista demagogo de político de la Era Burocrática de los 50's. Eso suena, qué digo, a canción de niño de cuna... Y menos que cierre los ojos reales y lo vea con los ojos de la fe cuando, mientras yo hago semejante disparate, Dios sí se hace de ojos que no ven con sus humanos más allegados, gente que en su nombre habla de mil bondades pero cuando se quitan la sotana (y a veces hasta con ella), son más diabólicos que el Diablo mismo... ¿Y Dios? Ni sus luces. ¿Y nosotros? Ahí seguimos con nuestros ojitos cerrados, apretados, apretadísimos, anhelando verlo ("¡ahí está, ahí está, ya lo vi... me dice que le de más limosna a la Iglesia!").

¿Dios estuvo entre los pasajeros cuando el patiño aquel "secuestró" (jaja) el avión la semana pasada? ¿Dios estuvo en el andén del metro hace dos días, cuando el otro desquiciado mató a dos personas? Si no necesita de esos medios de transporte, ¿se enteró de las noticias y qué hizo? ¿Qué dijo? ¿Qué cara habrá puesto? ¿Qué habrá pensado? Finalmente lo aludían, hacían actos -uno de risa y otro totalmente condenable- en su nombre... Lo nombraban para hacer estupideces, como ha sucedido desde hace minutos, horas, días, meses, años. ¡Siglos!

Me pongo en su lugar (jajaja, ¡qué ideas!) y quizá hace falta comprenderlo. No es lo mismo la Tierra hace dos mil años que el horno que hoy somos con casi 7 mil millones de terrícolas. Obvio que la chamba se le junta; eso sin contar el resto del universo y los millones y millones de seres y organismos más que, seguramente, tiene también bajo su resguardo (sic)... Hay que entenderlo.

Yo por eso le propongo que haga uso de las tecnologías y modas existentes. Que deje la manta con la que viste (así nos lo han vendido durante siglos) y se adecúe a los nuevos tiempos: un corte de cabello estilo metrosexual no le vendría mal (no hay ahora liderazgo que se precie de serlo si no aparece en la sección de "Los más guapos" de la revista Caras o Quién); que se haga de ropa Armani, Versace y Hugo Boss y que se allegue gadgets como un iPhone, una Blackberry o una computadora con acceso a Internet. Ya de perdis, seguramente en el Vaticano hay cibercafés o cosa que se le parezca; ahí no creo que le cobren a su mero mero por entrar al ciberespacio... ¿O sí?

Para evitarse este tipo de supuestos intermediarios, fanáticos locos que ladran en su nombre, ¿por qué no arma su dominio http://www.iamgod.com/ ? (No, este sitio ya existe y odia a la banca gringa, y no creo que sea Dios, porque Dios "bless America".) ¿Qué tal simplemente http://www.god.com/ ? (No, tampoco, ya está online y por el diseño tan pitero no creo que sea Dios...) Bueno, si él creó el universo (y hasta le dio tiempo pa' descansar), ¿que no pueda diseñar su página sería inconcebible, no?

Le recomiendo que confeccione un blog (podría ser uno de sus seguidores y postería en él toooooodos los días). O para estar más en onda y contestar test, jugar FarmVille, pedir consejos a Paquita la del Barrio, a José José o a Don Ramón y mandar regalos nacos a sus apóstoles, podría abrir una cuenta en Facebook. Ya si se hace muy fan de estar online, estaría bien que tuiteara ad infinitum todas sus actividades. Podría empezar, jodidamente, por abrir un espacio en Hi5.

Si por la edad (¿qué edad tiene el universo?) no le entiende chido a estas "cosas de la tecnología", pues puede empezar con abrir una línea telefónica directa o una especie de buzón de quejas... O podría unirse momentáneamente a otra especie de ser Todopoderoso llamado Carlos Slim y llegar a un convenio para descargas directas al celular ("¡manda ahora un mensaje de texto al 1666 con la palabra GOD... !") y recibir así consejos de Dios día con día, individuales e intransferibles para cada uno de nosotros, sus creaciones desvalidas... Le aseguro que el mundo cambiaría...

Pero mientras Dios está de vacaciones o sepa dónde ande, lo que más se le parece ahora es Google, la neta... Ahí está la respuesta a TODO.

Amén.