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YoutubeHA MUERTO EL REY, VIVA EL REY
Justo el traspaso de poderes que se hace anualmente lo viví en familia. (Sí, qué ñoño, dirán algunos, pero pues mis vagaciones comprendieron la semana anterior, cuando muchos aún trabajaban, y ahora que mis cuates andan en Mazatlán y Real de 14, a mí me tocó laburo).
La cena estuvo en su punto (sin nada de recalentado navideño) y fue la víspera del conteo regresivo que seguimos fielmente por el Canal de las Estrellas (y en familia... ¡ah, qué postal más enternecedora!). El "10, 9, 8, 7, 6, 5, 4, 3, 2, 1, ¡cero! ¡Feliz 2009!" aconteció mientras me atragantaba con mis 12 uvas... El año venidero se pinta medio carbón y pues ese tipo de longevas supersticiones, dadas las circunstancias, no deben ser obviadas ("pinche interesado")...
Hecho el rito, me lancé al Ángel de la Independencia, donde unos amigos se encontraban disfrutando (?) de la llegada de 2009 con el evento televiso que al alimón se hizo con el GDF del milcaras de Ebrard.
"¿Quién chingados va a pasar aquí a esta hora?", pensé pa' mis adentros al norte de la ciudad, al borde del Circuito Bicentenario (¡óoooorale!), viendo a unos niños tronar unos cohetes que sonaban pocamaye y mentando madres por haber vendido mi auto y ser un descochizado más... Tomé un milagroso taxi y llegué de volada al punto de reunión, la Zona Rosa, la calle de Génova, topándome, en estos tiempos de granadazos por doquier, con este anuncio...
Justo el traspaso de poderes que se hace anualmente lo viví en familia. (Sí, qué ñoño, dirán algunos, pero pues mis vagaciones comprendieron la semana anterior, cuando muchos aún trabajaban, y ahora que mis cuates andan en Mazatlán y Real de 14, a mí me tocó laburo).
La cena estuvo en su punto (sin nada de recalentado navideño) y fue la víspera del conteo regresivo que seguimos fielmente por el Canal de las Estrellas (y en familia... ¡ah, qué postal más enternecedora!). El "10, 9, 8, 7, 6, 5, 4, 3, 2, 1, ¡cero! ¡Feliz 2009!" aconteció mientras me atragantaba con mis 12 uvas... El año venidero se pinta medio carbón y pues ese tipo de longevas supersticiones, dadas las circunstancias, no deben ser obviadas ("pinche interesado")...
Hecho el rito, me lancé al Ángel de la Independencia, donde unos amigos se encontraban disfrutando (?) de la llegada de 2009 con el evento televiso que al alimón se hizo con el GDF del milcaras de Ebrard.
"¿Quién chingados va a pasar aquí a esta hora?", pensé pa' mis adentros al norte de la ciudad, al borde del Circuito Bicentenario (¡óoooorale!), viendo a unos niños tronar unos cohetes que sonaban pocamaye y mentando madres por haber vendido mi auto y ser un descochizado más... Tomé un milagroso taxi y llegué de volada al punto de reunión, la Zona Rosa, la calle de Génova, topándome, en estos tiempos de granadazos por doquier, con este anuncio...
Anuncio ¿disuasivo? pa'l México bárbaro?
La gente en el Ángel estaba agolpada hacia los ídolos del pueblo. Por la glorieta de La Palma ya la cosa estaba serena. No estamos aún habituados a festejar fin de año en la calle, por lo que no piensen que era la millonada de personas. Eso sí, unos tantos miles y bien bailadores... rodeados de decenas de policías que, no tan discretos, se veían por doquier.
"AHÍ TRAIGO UN CUERNO DE CHIVO PARA EL QUE LE QUIERA ENTRAR"
Si el GDF quizó armar el festejo de Año Nuevo con algo bien popular pues sí, qué mejor que los Taigers del Norte. La zapateada movió hasta al más tullido, pero finalmente un rasgo muy importante no dejó de llamarme la atención (cosa que, la neta, no hizo que dejara de danzar)...
Recordé mi paso por la H.H. Fac, donde, además de innumerables borracheras, también se reforzó mi idea de que lo simbólico es lo que en verdad viste una cultura, más allá de que sea una simple representación para tapar cosillas. Y si hablamos de cosecha de símbolos (cursis, además)en Año Nuevo y la Temporada Decembrina la cosecha nunca se acaba...
Que amor, que éxito, que paz, que armonía, que reflexión, que felicidad, deseos que (¡todos!, no se hagan) parloteamos por doquier en estas fechas. Pero ahora, específicamente en el festejo del Ángel, entró un símbolo sui géneris al escenario: el del narcocorrido... Y en México. Y despidiendo el 2008. Y entre ese ambiente de "lo mejor pa' todos" en 2009.
Como nación, el año que murió (fue muerte natural; no lo decapitaron, se los juro) fue de todo menos una perita en dulce. Fue el año donde la violencia recrudeció, con 5 mil 630 ejecutados como cifra récord ("¡sí se puede, sí se puede!¨), el año del narco como tema de sobremesa.
Por eso no dejó de llamarme la atención despedir el sangriento 2008 y dar la bienvenida a un 2009 (que más allá de los buenos propósitos, se ve igual o peor) con los narcocorridazos de los Tigres del Norte.
(Pero antes de que piensen que soy un retrógada vil censor de música popular mexicana de siglo XXI, advierto: no tengo nada contra el género, finalmente retrata "hechos reales de nuestro pueblo" ("órale, pónlos pues'n"), y tengo en mi PC varios MB's del género (Los Capos de México, llevan la ventaja) pero las cosas estaban más que dadas al menos para decir: qué ironías de la vida... Era, por decir lo menos, "chistoso" darse el abrazo y desearse lo mejor para después ir a bailotear con historias de capos en un país tan violento como Irak. Punto.)
"Soy el jefe de jefes, señores", "hasta los rusos le compran, es una tía muy pesada", "así empezó el combate donde fue aquella masacre", "con cien kilos de la fina que en la gris habían clavado", son extractos del cancionero popular que cantamos en grupo, muchos ya de manera programada... como un himno. Uno que otro le echaba sentimiento y se creía el más rifado de la maña (simples mangueras, término que viene a robustecer el narcodiccionario).
Gabachas medias pedas (se las ingeniaron pa'meter el pomo) bailaban para de repente, cuestión de segundos, petrificarse con el ¡¡RATATATATATAT!! de un AK=47 que sonó varias veces en el ambiente... De inmediato se tranquilizaban al ver que era parte de la producción musical del grupo de Nacorito, Sinaloa, efectos sonoros utilizados para darle más realidá y crudeza a las historias de narcos con el trasiego, con la poli, con sus amores ("¡mecsicanou loco!").
"AHÍ TRAIGO UN CUERNO DE CHIVO PARA EL QUE LE QUIERA ENTRAR"
Si el GDF quizó armar el festejo de Año Nuevo con algo bien popular pues sí, qué mejor que los Taigers del Norte. La zapateada movió hasta al más tullido, pero finalmente un rasgo muy importante no dejó de llamarme la atención (cosa que, la neta, no hizo que dejara de danzar)...
Recordé mi paso por la H.H. Fac, donde, además de innumerables borracheras, también se reforzó mi idea de que lo simbólico es lo que en verdad viste una cultura, más allá de que sea una simple representación para tapar cosillas. Y si hablamos de cosecha de símbolos (cursis, además)en Año Nuevo y la Temporada Decembrina la cosecha nunca se acaba...
Que amor, que éxito, que paz, que armonía, que reflexión, que felicidad, deseos que (¡todos!, no se hagan) parloteamos por doquier en estas fechas. Pero ahora, específicamente en el festejo del Ángel, entró un símbolo sui géneris al escenario: el del narcocorrido... Y en México. Y despidiendo el 2008. Y entre ese ambiente de "lo mejor pa' todos" en 2009.
Como nación, el año que murió (fue muerte natural; no lo decapitaron, se los juro) fue de todo menos una perita en dulce. Fue el año donde la violencia recrudeció, con 5 mil 630 ejecutados como cifra récord ("¡sí se puede, sí se puede!¨), el año del narco como tema de sobremesa.
Por eso no dejó de llamarme la atención despedir el sangriento 2008 y dar la bienvenida a un 2009 (que más allá de los buenos propósitos, se ve igual o peor) con los narcocorridazos de los Tigres del Norte.
(Pero antes de que piensen que soy un retrógada vil censor de música popular mexicana de siglo XXI, advierto: no tengo nada contra el género, finalmente retrata "hechos reales de nuestro pueblo" ("órale, pónlos pues'n"), y tengo en mi PC varios MB's del género (Los Capos de México, llevan la ventaja) pero las cosas estaban más que dadas al menos para decir: qué ironías de la vida... Era, por decir lo menos, "chistoso" darse el abrazo y desearse lo mejor para después ir a bailotear con historias de capos en un país tan violento como Irak. Punto.)
"Soy el jefe de jefes, señores", "hasta los rusos le compran, es una tía muy pesada", "así empezó el combate donde fue aquella masacre", "con cien kilos de la fina que en la gris habían clavado", son extractos del cancionero popular que cantamos en grupo, muchos ya de manera programada... como un himno. Uno que otro le echaba sentimiento y se creía el más rifado de la maña (simples mangueras, término que viene a robustecer el narcodiccionario).
Gabachas medias pedas (se las ingeniaron pa'meter el pomo) bailaban para de repente, cuestión de segundos, petrificarse con el ¡¡RATATATATATAT!! de un AK=47 que sonó varias veces en el ambiente... De inmediato se tranquilizaban al ver que era parte de la producción musical del grupo de Nacorito, Sinaloa, efectos sonoros utilizados para darle más realidá y crudeza a las historias de narcos con el trasiego, con la poli, con sus amores ("¡mecsicanou loco!").
Escenas del festejo. Los mangueras, obvio, no podían faltar
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Ni el confetti
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Un poco antes de que terminara, nos fuimos caminando (pasamos la PGR). Al fondo, el bullicio se apagaba...
Y como dice el taxi, "feliz 2009" desde México.
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