CUÉNTAME UNA HISTORIA...

Zócalo.

"La ciudad de los palacios va dejando paso al alba /
Se va perdiendo la calma /
para cuando el sol asoma /
Todo el esplendor decrece /
la gente las calles toma /
Catedral desaparece entre smog /
y caca de paloma"

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Al caer la noche. Para cuando el sol ya no asoma.

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El PG arrugado. AMLO versión Chocolate Abuelita.

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Alta energía. En los rumbos de la colonia Roma está el Patrick Miller, una cajota con láser, luces y una especie de HAL 9000 (2001 Odisea del Espacio versión 2009) al frente, viendo a todos y todo (sólo le falta hablar, Dave...). Lugar donde cada fin de semana se reúnen taqueros, secretarias, oficinistas, extranjeros y, obvio, una cantidad no pequeña de artistas del rumbo, para bailar o ver bailar al ritmo del HighEnergy ochentosonoventero. Se arman círculos por doquier que concentran a señoras de 40 años que danzan recordando sus mozos tiempos. O aquellos más jóvenes que bailan con coreografías que parece les robaron a los de Magneto. Muchos de ellos llegan vestidos para la ocasión. Me es inevitable imaginarlos en la semana confeccionando con ahínco su ropa con lentejuelas brillantes, sus guantes (negros y blancos) con estoperoles, sus estilos a la Cyndi Lauper o a la Michael Jackson. Anhelando cerrar prontamente la taquilla del metro o el taller mecánico para enfundarse esos trajes elaborados e ir al baile para impresionar a todos.

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Viñetas y secuencias. Qué poco vi del FICCO. Entre la chamba, la duración del festival y lo apretado de las funciones, sólo pude ver dos miserables presentaciones. Maradona, el pibe de oro, de Emir Kusturica, el sábado pasado en el Zócalo. El futbol como pasión en el sentido literal de la palabra: pasión por la camiseta, la mano de oro, la iglesia maradoniana, pero también como la contradicción misma: qué tanta pleitesía puede levantar un wey que sólo dedicó su vida a meter goles y llevar, así, dicha a millones de casas (ahora su oficio es regentear el legado de su persona, darle brillo, che). Escena simbólica: Maradona se avienta a la piscina de su casa visiblemente pedo (como quizá lo esté haciendo justamente ahora un gordo de Miami) y habla de Fidel Castro como si estuviera con los hinchas en el estadio… En la comparación que hace Kusturica entre los Sex Pistols y Maradona siento que se voló la barda… Por cierto, me acordé del caso aquel del Mundial del 98, en el que un reportero bautizó a su hijo recién nacido como Zinedine... Zinedine Sánchez Pérez quizá se llama la pobre criatura que ahora tendría 10 años. Qué carrilla le han de cargar en la escuela...

El otro evento no fue propiamente una función, sino un concierto. Los Fancy Free y Devendra Banhart, con su música pachecosa, sin pretenciones y, por eso mismo, muy buena. Carmensita, obvio, fue el hit de la noche.

Murnau, el amo del expresionismo alemán, fue revisado con una retrospectiva por el festival. Nosferatu se presentó en el ++ Panteón San Fernando ++, camposanto enclavado en el mero Centro Histórico, cerrado desde hace décadas (ahí descansa Benito Juárez). Se supone estaría musicalizada con piano en vivo, lo que finalmente fue el deseo y la nostalgia de muchos pues terminó haciéndolo una banda de jazz, muy buena como ejecutante pero pésima para la película pues no iba al tono con el dramatismo que la misma exigía. En la pantalla uno veía al Nosferatu acechante, con su palidez y mirada lánguida, y a la par escuchábamos a la banda con un jazz onda Dibujos animados de ayer y hoy o bar de Sanborns. Pésima musicalización (más o menos algo así se escuchó al ver la tétrica película).

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El panucho azul. ¡Estuve en la sede nacional del partido en el poder! Cuánta paz y armonía había (y hay) en mí… Fue como pisar Tierra Santa. Les traje un recuerdito para que se mueran de envidia…

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Pirotecnia. No juegues con fuego. Y si juegas...

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Metro en tres actos.

Primer acto. El metro arriba a un andén llenísmo.

Segundo acto. El metro abre sus puertas y todos como jauría de perros en pos de la carne (un asiento), actúan.

Tercer acto. El vagón como lata de sardinas humanas.

¿Cómo creen ustedes que se llama la obra?