MÁS SEXO = MÁS CÁNCER

"Córtate las uñitas..."

¡Diablos!

¿Quién entiende los resortes de la naturaleza?

Yo crecí con la idea del sexo como la fuente de la vida. Y en ella creí (¡creo!) fielmente. Soy de los que pongo las manos al fuego por aceptar que el sexo fortifica, que sirve para liberar tensiones, para desfogar pasiones. Que puede ser un ejercicio lúdico bastante adictivo pa' sudar un ratito la gota gorda y así bajar de peso. Que su práctica diaria promueve en el rostro una sonrisota que apenas cabe en la boca y que va de oreja a oreja. Que mejora el sistema cardiovascular y contrarresta la depresión y la angustia. Que le quita años a la vida y le imprime vida a los años... Que al cuerpo le proporciona flexibilidad y reforza sus músculos (más si uno es recurrente ejecutante de técnicas del Kamasutra). Que las mujeres lo adoran porque notan sus beneficios en la lozanía de su cabello. Que un buen sexo le dice adiós a los barros de agua...(ntarse). Que la pasión desenfrenada tranquiliza a las fieras (tanto, que hasta después se fuman un cigarrito)... Y todo eso (¡y mucho más!) con la única factura de por medio: dejarse rasguñar la espalda un ratito como bien ilustra la foto que acompaña esta entrada.

Bueno, yo crucé el umbral de la niñez a la adolescencia con esa idea nada prejuiciosa del sexo. Mis padres lo tuvieron bien en claro: a las cosas por su nombre. Condón, condón,. Sexo. sexo. Pene, pene. Embarazos, embarazos. Punto g... bueno, eso no me lo explicaron ellos...

Así las cosas, uno vive su vida sexual sin prejuicios. Mi primera experiencia no fue más allá del nerviosismo típico del estreno de la película, pero nada de miedo a unos Ojos Señoriales y Divinos que me ven desde el cielo con tristeza y rencor por caer en las tentaciones de la carne... Naaaaaa!!!!

Y tanto para que ahora me salgan que sí hay un cobro... Otra factura que no venía en el contrato:

Según un estudio de la Universidad de Nottingham, en el Reino Unido, los hombres que tienen "mucha" actividad sexual entre los 20 y los 30 años, podrían (¡podríamos!) ser propensos a contraer cáncer de próstata...

¡¡¡NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!!